sábado, 2 de noviembre de 2013

Cocinar con Agua de Mar

Cocinar con agua de mar

Cuando hablamos del agua de mar, se despliega ante nosotros todo un catálogo de utilidades. Como complemento dietario, riego de cultivos, terapéutica y la que nos convoca, como elemento base de nuestra cocina.

Luego de muchas prácticas en la elaboración de distintos platos; ensaladas, legumbres, vegetales hervidos, salteados, pastas, masas, barbacoas, etc., hemos notado que al incorporar el agua de mar al preparado cotidiano de nuestros alimentos, nuestro paladar ha sido sorprendido por una inesperada gama de sabores.

Incorporar el agua de mar a la elaboración gastronómica no es simplemente salar; al hacerlo sumamos a nuestro plato, una cantidad muy grande de minerales que realizan infinidad de funciones en nuestro organismo, la primera de ellas es aportar nuevas percepciones a nuestro paladar.

Los vegetales saben distintos si las sazonamos con agua de mar, en el caso de una ensalada cruda; utilizando el agua de mar “hipertónica” (pura) con un rociador como salero. Esta es una excelente “sal líquida” que toda persona puede tener en su mesa para reemplazar el tradicional salero de cloruro sódico. Podemos también preparar nuestras verduras hervidas con agua de mar o al vapor, las legumbres y las sopas. Pero las aplicaciones gastronómicas del agua de mar no acaban allí. Podéis preparar pan, pizzas, cocinar carnes y verduras al horno, hacer pastas, etc. No hay límite a la hora de experimentar. La cocina es, principalmente, creatividad.

Cabe destacar que no todos los alimentos reaccionan igual. Los hidratos de carbono por ejemplo, absorben mucho más el sabor salado que las legumbres y no será lo mismo a la hora de elaborar una masa que preparar una sopa. Tendremos que prestar atención a la dosificación. ¿Cómo hacemos esto? Simplemente diluyendo el agua de mar con agua dulce. Las proporciones que mejor resultado nos han dado son:

    Para sopas: 2 partes de agua de mar cada 5 de agua dulce.
    Para masa de pan: agua de mar pura sin diluir. 300 cm3. Por kilo de harina.
    Para hervir legumbres: 2 partes de agua de mar cada 5 partes de agua dulce.

En fin, tengo la certeza que, más allá de los beneficios aportados por el plasma marino, obtendremos de uso culinario un sinfín de nuevos sabores que darán un toque renovador y distintivo a nuestras recetas de siempre.

Visto en: http://convergenciarmonica.wordpress.com/2013/10/27/cocinar-con-agua-de-mar/
Fuente: Aquamaris.org

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