lunes, 25 de junio de 2012

¿Quién está detrás del golpe en Paraguay?

La CIA en Paraguay, o cómo deshacerse de un Presidente


El actual presidente de Paraguay, Fernando Lugo, solía ser conocido como el "obispo de los pobres". Hizo una carrera bastante rápida dentro de la jerarquía de la Iglesia Católica Romana, se convirtió en obispo, y más tarde fue electo por abrumadora mayoría como presidente del país. Asumiendo el 15 de agosto de 2008, tenía previsto realizar profundos cambios a Paraguay partiendo por abandonar el curso marcadamente ruinoso de sus predecesores neoliberales y una alianza con los líderes populistas que tratan de construir el socialismo del siglo XXI. Desde el principio, sin embargo, los planes de Lugo se encontraron con serios obstáculos. Por ejemplo, su reforma agraria quedó en espera durante años puesto que la fracción pro presidencial en el Parlamento fue incapaz de romper la resistencia presentada por la mayoría de la legislatura, que protegía los intereses de los terratenientes. Por otra parte, la agenda política en el Paraguay se vio ensombrecida por el hecho de que el país se enfrenta permanentemente con la amenaza de un golpe militar. 

Las tensiones en el Paraguay de Lugo se intensificaron cuando dijo que no renovaría el acuerdo de cooperación militar con Estados Unidos. El anuncio dejó a la embajada estadounidense en Asunción, que no esperaba enfrentarse a un desafío de tal magnitud, en un estado de shock. La decisión de Lugo terminó con infructuosos años de esfuerzo de Washington por aplicar el programa New Horizons del Pentágono. Bajo este, unos 500 militares estadounidenses iban a ser desplegados en el Paraguay, con el pretexto de que los marines estadounidenses aprovecharían el clima local y llevarían a cabo ejercicios conjuntos con el ejército del país. El objetivo real que se levantaba detrás del programa era permitir que el Pentágono ocupara por lo menos durante una década la base de Mariscal Estigarribia ubicada a una distancia de sólo 200 km de la populista Bolivia. Paraguay fue utilizado para albergar fuerzas del Comando Sur de Estados Unidos el pasado, en operaciones disfrazadas de misiones humanitarias destinadas a prestar asistencia sanitaria a la población o construir escuelas en las zonas rurales. En la práctica, el Pentágono utilizaba el territorio de Paraguay para llevar a cabo reconocimientos en la zona fronteriza de los tres países: Paraguay, Brasil, y Argentina, y crear las infraestructuras que Estados Unidos podría utilizar para enviar tropas masivamente en caso de una crisis regional. 

Washington argumentó la presencia de células de Al Qaeda y Hezbolá en la región como la razón de sus actividades, pero, evidentemente, esperaba ganar posiciones desde las que pudiese contener a punta de pistola a los regímenes populistas de Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia en vez que tratar de contrarrestar a los míticos grupos terroristas. Además, Washington tiende a estar más preocupado por los intentos realizados por la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) de establecer un sistema de defensa regional en el que Estados Unidos no está invitado.

Lugo rechazó el New Horizons al familiarizarse con los materiales suministrados por sus colegas de la UNASUR - se enteró de que Estados Unidos había lanzado un ataque contra un campamento de las FARC en la zona fronteriza de Ecuador, desde una base en Colombia. Permitir a Washington a utilizar el territorio de Paraguay para escapadas militares no parecía una buena idea. 

Lamentando la decisión de Lugo, la embajadora estadounidense en Paraguay, Liliana Ayalde, expresó la esperanza de que otros programas de cooperación, tanto militar como civil - no se vieran afectados. Tentativamente, estaba preocupada por el programa de capacitación de los cuerpos de oficiales y las adquisiciones de armas de Paraguay. A su vez el potencial viraje del país hacia los regímenes populistas o hacia Brasil y Argentina en los asuntos militares, sin duda era percibido por Washington como un fiasco de política exterior. 

La embajada estadounidense y su personal de inteligencia estuvieron enrabiados desde el principio por la atracción de Lugo hacia los regímenes populistas. Para Washington, las perspectivas de una alianza estratégica entre el presidente paraguayo y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se ven alarmantes teniendo en cuenta que ya en los años 1970 Henry Kissinger advirtió sobre la importancia del continente para los planes de dominación mundial estadounidense. 

Lugo ha tenido que hacer frente a una verdadera guerra como reacción a su curso independiente. Una campaña de propaganda apuntándolo recorrió el continente: los medios retrataron el estilo de vida del ex sacerdote como libertinaje irresponsable, alegando que tenía un número de niños nacidos fuera del matrimonio, y lo acusaron de tolerar la corrupción en su círculo íntimo. Los periódicos escribieron que Lugo disfrutaba de las condiciones de vida de un oligarca mientras se presentaba como el campeón de la causa de los desfavorecidos y llamaba a la lucha de clases desde un jacuzzi. Agentes de la CIA en los medios de comunicación de Paraguay reflotaron el mito de que Lugo había durante mucho tiempo estado en la nómina de la agencia y afirmaron que el desertor de la CIA, Philipp Agee, expuso al tío de Lugo como un agente de la CIA. Algunos medios de comunicación llegaron tan lejos como para decir que la práctica totalidad de los parientes de Lugo tenían vínculos con agencias de Estados Unidos, el Departamento de Estado o la USAID. La campaña de desprestigio consiguió que parte de la población de Paraguay retirara su apoyo al presidente. 

Bajo ninguna razón legible, grupos guerrilleros marxistas-bolivarianos aparecieron repentinamente en el Paraguay. El Ejército del Pueblo Paraguayo de vez en cuando ha atacado a la policía o robado tiendas de comestibles, mientras que los medios interesadamente lo vinculan a las FARC y el ELN de Colombia. Los líderes invisibles del grupo presentaron una serie declaraciones demagógicas, llenando a Lugo con amenazas, e incluso prometieron una recompensa por matarlo. El asunto parecía salido de Hollywood, pero el grupo fue sometido a una cacería sin sentido con la asistencia de la CIA y el Servicio de Inteligencia Presidencial de Colombia (DAS). Los cabilderos trabajaron duro para convencer a Lugo de que el problema no podía ser contenido sin la ayuda de Washington y que la presencia militar estadounidense tendría un impacto estabilizador en el país. Lugo finalmente se rindió y accedió a decretar un estado de emergencia en el norte de Paraguay. 

En agosto-septiembre 2010 se filtró a los medios que Lugo - habitualmente un macho saludable y con energía inmune a cualquier tipo de nerviosismo - tenía cáncer. Los tipos de cáncer mencionados fueron linfoma, linfosarcoma, no-linfoma de Hodgkin, etc. Los médicos de Lugo realizaron declaraciones tranquilizadoras de que la vida del presidente no estaba en peligro y que la quimioterapia podría ayudar mientras Lugo acudió a Brasil en varias ocasiones para el tratamiento. Las autoridades sostienen que el presidente se recuperará con seguridad, que su control sobre el poder presidencial se mantiene firme, y que va a entregar la presidencia a su sucesor en agosto de 2013, de acuerdo con la Constitución del país. Sólo la embajadora estadounidense, Liliana Ayalde, hizo llegar una declaración disonante que parecía indicar que Lugo fracasaría. 

Por el momento Lugo se ve abatido por la enfermedad. Perdió el pelo después de la quimioterapia, su discurso dejó su antiguo tono asertivo, y se ve mucho más viejo de lo que lucía recientemente. Da la impresión de que el presidente tiene dificultades para ocultar sus emociones y de averiguar cuál podría ser el origen de sus problemas de salud. Por el contrario, su perpetuo oponente, Federico Franco, está en ascenso. Tiene unos cuantos amigos en la embajada de Estados Unidos y, huelga decirlo, califica a New Horizons como un excelente proyecto. Para él, es sólo cuestión de tiempo. 



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